sábado, 31 de enero de 2009

Nervios controlados, movimientos asegurados.

¿A cuántos de ustedes no les ha pasado que están a punto de realizar un movimiento y justo antes de hacerlo se arrepienten o dudan y se echan para atrás? - supongo que a muchos de ustedes. Últimamente (como en los últimos 2 meses) me he estado sintiendo realmente más seguro en mis precisiones, saltos de gato (monkeys), saltos de brazo, fondos, etc.

Principalmente considero esto una gran evolución dentro de lo que es el movimiento de un traceur, el hecho de ya saberse lo suficientemente fuerte como para realizar un desplace o salto sin temor a que la caida pueda ser dolorosa o fuerte, es una gran evolución. Y al punto al que me refiero es que solemos concentrarnos muchísimo en nuestra técnica y en nuestro físico. Y la pregunta es ¿cómo entreno la mente, cómo le hice para lograr esta evolución, cómo pude crecer mentalmente sin caer en riesgos innecesarios (o sin ser "muy aventado)? - simple - dedicar varios momentos al día en pensar los movimientos que en un entrenamiento anterior no salieron y meditar el por qué no salió fue lo que más me funcionó. Al igual que el saber que mi cuerpo responde por sí sólo y sabe reaccionar - en esto agradezco especialmente a Dani Sampayo (Draug) por esta gran enseñanza en su visita a nuestro país.

Recordemos que ante el peligro la mente envía impulsos a todos nuestros músculos para incitar a un movimiento seguro. Y sabiendo esto debemos (después de un arduo, largo y constante entrenamiento) que podemos confiar en nuestros movimientos sabiendo que el cuerpo sabrá qué hacer. Y realmente si nos ponemos a pensar hay una gran utilidad en esto. Sabemos que la cuestión más importante del Parkour es "Ser fuerte para ser útil" y bla bla bla (no me detendré mucho en eso, ya lo sabemos). Así, si un día nos encontramos en una situación de un peligro verdadero, en el que hay que ayudar y la adrenalina nos incita a hacer las cosas, sabremos que podemos confiar en el cuerpo. Sólo así estaremos evolucionando.

No obstante, aún así hay que ser consciente de lo que estamos a punto de hacer, y no excedernos. Sí hay un movimiento que nunca hemos hecho, no hay que arriesgarnos innecesariamente. Pongamos un ejemplo: si yo puedo hacer 9 pasos de salto de precisión, y un día quiero hacer un salto que asciende a los 12 pasos, sería irresponsable intentarlo si no he hecho 10 antes. A menos que el cuerpo y la mente en ese momento se sientan 100% seguros. Si estamos 99.99% seguros ese 0.01% puede resultar en un error que nos ocasione una grave lesión o en casos más extremos, inclusive la muerte (suena exagerado, pero no somos de hierro). Simplemente pensemos en la caída de David Belle o en la de Sarge de Monos Urbanos. Una pequeña duda puede ser algo infinitamente peligroso.

En fin, procuremos siempre avanzar confiando en la fuerza que hemos desarrollado en nuestro cuerpo y no tanto pensar en los movimientos. Cuando trazamos vemos todas las posibilidades pero no hay que pensar tanto en "aquí un salto de gato, allá un rompemuñecas (dash), luego una precisión, un fondo y un salto de brazo". Cuando trazamos es - llegar del punto A al B. Procurar ser lo más creativos al hacer el recorrido. Y si se hacen series siempre buscar nuevas maneras. Para eso nos ayuda el pensamiento lateral, para romper un esquema que siempre tenemos por default y para crear uno nuevo - para reconstruir un modelo premeditado tiempo atrás. En fin, luego les escribiré más detalladamente del pensamiento lateral.

¡Hasta entonces!

No hay comentarios:

Publicar un comentario